Hoy día el mundo es un lugar sano y acogedor, que apenas se opone al gobierno del hombre. En los países avanzados las catástrofes tienen mucha repercusión mediática, pero ni una parte de la capacidad de destrucción que antaño.
En este mundo tan amistoso, el hombre se ha permitido una etapa de relajación, en la cual se hace avanzar la tecnología hacia el bienestar, en vez de hacia la necesidad.
En la cual se subordina la ciencia al placer.
Sin embargo, el universo no descansa, no se relaja. El universo mantiene su espada de Damocles apuntada hacia nosotros, y amenaza con destruirnos. Es el enemigo más peligroso, y por su descomunal tamaño hemos decidido no hacer nada al respecto. No somos conscientes del peligro, cuando éste ya no es inmediato. Creemos que, si no ha tenido interés en destruirnos aun, no tiene razón para hacerlo ahora.
El universo, sin embargo, no sabe de nuestra existencia (ni le importa). Estamos encajados en sus engranajes, y si no hacemos algo nos acabará aplastando. Es simple probabilidad, en su tiempo infinito, tarde o temprano caeremos, desapareceremos. Un meteorito, una tormenta solar, la inversión de los polos... Por no hablar de todas las maneras que tenemos nosotros mismos de autodestruirnos. Hay tantas maneras, que la probabilidad aumenta y se multiplica.
Bien, mi sueño está ahí. Yo lucho por un mundo donde la razón vuelva a ser tratada con el respeto que merece, como la herramienta que nos permita sobrevivir. Un mundo donde todos trabajemos juntos por este gran objetivo, donde cada uno estudie y aprenda acerca de aquello para lo cual esté más preparado. Donde cada uno tenga su lugar, y su responsabilidad hacia los demás.
Un lugar donde todos seamos científicos y filósofos, y donde podamos asegurarnos un porvenir como especie.
Después, si hay tiempo, ya diseñaremos pantallas planas y reproductores de música. Ahora debemos trabajar por nuestro futuro.
viernes, 30 de septiembre de 2011
miércoles, 28 de septiembre de 2011
El primer paso siempre es el más difícil
Esta es la primera vez que participo en un blog, y estoy nerviosa, no sé si lo haré bien, si lo haré mal...De hecho, no tengo muy claro cómo tengo que hacerlo. Quizá esta no sea la mejor forma de empezar, pero de alguna manera tengo que hacerlo, y por eso he decidido poner este título a mi primera entrada del primer blog...¿Demasiado obvio y poco original?
Aunque parezca increible, lo que leéis, espero que a gusto, me lleva eternidades hacerlo. Sólo he escrito unas pocas líneas y la mitad del tiempo me lo he pasado pensando en cómo escribirlo. Sé lo que quiero decir, pero no sé cómo hacerlo; me quedo en blanco a la hora de introducir un tema hasta que de repente me llega la inspiración y las palabras comienzan a fluir solas; es una sensación increible. Pero hasta que ese momento llega parece que pasa una eternidad, hasta que no me lanzo de cabeza contra la incertidumbre y supero ese miedo a no saber si lo haré bien, mi mente se estanca y no soy capaz de expresarme con claridad.
Creo que todos nos sentimos así más veces de las que nos gusta admitir. Lo desconocido da miedo, nos sentimos seguros con aquello que conocemos, y mejor aún si podemos controlarlo o al menos engañarnos con la ilusión del control.
El primer paso para superar el miedo es reconocer que nunca se podrá controlar todo. Por más que ponga uno de su parte para que las cosas salgan bien, siempre hay que tener en cuenta el factor sorpresa, porque incluso en la rutina diaria está presente en pequeños detalles que a menos que prestemos atención dejamos pasar de largo. Cada vez que me paro a pensarlo se me pone la piel de gallina.
Yo soy fan de "Harry Potter" (J.K Rowling), de "La espada de la Verdad" (Terry Goodkind), de "El ejército Negro" (Santiago García-Clairac), de "Los libros de Pellinor"(Alison Croggon) e incluso me gustan "Las Crónicas de Narnia" (C.S Lewis).
Todos los libros que componen estas sagas me han aportado algo, pero cuando los compré y los leí por primera vez, aunque creyera que me podían gustar, no podía saberlo seguro. En ese caso, ¿qué debiera haber hecho? ¿No arriesgarme?¿Como no sé si me va a salir bien la jugada dejo de intentarlo? Quizá este ejemplo no sea el adecuado, pero espero que pueda entenderse lo que he intentado decir todo este tiempo.
Avanzar nunca es fácil, lo cómodo es quedarse quieto y dejarse llevar, liberarse de todas las responsabilidades que puedan rodearnos, pero yo debo ser tan cobarde (o tan temeraria) que prefiero no dejarme llevar por lo que dice la gente y en su lugar "perder" el tiempo pensando y dar el primer paso hacia lo desconocido... Sé lo que hay tras de mí y a mi lado, ahora necesito saber qué tengo frente a mí.
Aunque parezca increible, lo que leéis, espero que a gusto, me lleva eternidades hacerlo. Sólo he escrito unas pocas líneas y la mitad del tiempo me lo he pasado pensando en cómo escribirlo. Sé lo que quiero decir, pero no sé cómo hacerlo; me quedo en blanco a la hora de introducir un tema hasta que de repente me llega la inspiración y las palabras comienzan a fluir solas; es una sensación increible. Pero hasta que ese momento llega parece que pasa una eternidad, hasta que no me lanzo de cabeza contra la incertidumbre y supero ese miedo a no saber si lo haré bien, mi mente se estanca y no soy capaz de expresarme con claridad.
Creo que todos nos sentimos así más veces de las que nos gusta admitir. Lo desconocido da miedo, nos sentimos seguros con aquello que conocemos, y mejor aún si podemos controlarlo o al menos engañarnos con la ilusión del control.
El primer paso para superar el miedo es reconocer que nunca se podrá controlar todo. Por más que ponga uno de su parte para que las cosas salgan bien, siempre hay que tener en cuenta el factor sorpresa, porque incluso en la rutina diaria está presente en pequeños detalles que a menos que prestemos atención dejamos pasar de largo. Cada vez que me paro a pensarlo se me pone la piel de gallina.
Yo soy fan de "Harry Potter" (J.K Rowling), de "La espada de la Verdad" (Terry Goodkind), de "El ejército Negro" (Santiago García-Clairac), de "Los libros de Pellinor"(Alison Croggon) e incluso me gustan "Las Crónicas de Narnia" (C.S Lewis).
Todos los libros que componen estas sagas me han aportado algo, pero cuando los compré y los leí por primera vez, aunque creyera que me podían gustar, no podía saberlo seguro. En ese caso, ¿qué debiera haber hecho? ¿No arriesgarme?¿Como no sé si me va a salir bien la jugada dejo de intentarlo? Quizá este ejemplo no sea el adecuado, pero espero que pueda entenderse lo que he intentado decir todo este tiempo.
Avanzar nunca es fácil, lo cómodo es quedarse quieto y dejarse llevar, liberarse de todas las responsabilidades que puedan rodearnos, pero yo debo ser tan cobarde (o tan temeraria) que prefiero no dejarme llevar por lo que dice la gente y en su lugar "perder" el tiempo pensando y dar el primer paso hacia lo desconocido... Sé lo que hay tras de mí y a mi lado, ahora necesito saber qué tengo frente a mí.
domingo, 25 de septiembre de 2011
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