La gente se obsesiona a menudo con los mensajes subliminales. El poder de un fotograma en una película para controlar tu forma de pensar, o de un mensaje invertido en una canción para llevarte a actuar de una manera determinada.
Pensad un segundo: ¿No hay algo más simple, con más carga cultural, que utilizáis a diario durante horas, que supone directamente la base de vuestro pensamiento y vuestra única vía de comunicación con el mundo? Desde luego: el idioma.
La hipótesis de Sapir–Whorf establece la relación directa entre la manera que tiene el cerebro de "pensar" el mundo y la estructura del lenguaje que la persona utiliza. Aunque en algunas de sus formas ha sido desechada como irreal en experimentos donde se comparan lenguajes con léxicos diferentes (en algunos lenguajes la gente no dispone de palabras separadas para amarillo y naranja, por ejemplo, pero eso no les dificulta el distinguir los colores - aunque sí pude influir en el recordarlos), existen pocos lenguajes lo suficientemente diferentes como para comprobarla totalmente.
En concreto, la estructura clásica de los lenguajes (sustantivos que se cruzan con verbos, complementados con adjetivos y adverbios) es prácticamente universal entre los idiomas naturales conocidos.
Hace ya algún tiempo que, sin embargo, empezó a pulular un lenguaje llamado lojban (así como su antecesor, loglan) que buscaban alterar la estructura clásica del idioma e intentar observar los efectos de una arquitectura distinta. Lamentablemente, no existen suficientes hablantes (básicamente pocos en general, de nativos ni hablemos) como para poder comprobar nada.
Aún así, os animo a investigar y aprender sobre este lenguaje. Yo llevo apenas un par de días y me fascina sus posibilidades, así como la cantidad de frases intraducibles que genera.
co'o rodo
domingo, 19 de agosto de 2012
sábado, 18 de agosto de 2012
Las dos caras de la misma moneda. La mente humana.
En anteriores publicaciones he intentado ser racional al exponer mis opiniones acerca de algunos temas, sin embargo, en esta ocasión eso no me preocupa. ¿Por qué este cambio? Porque el tema así lo exige. ¿Se puede hablar de poesía, literatura, cine, etc..., sin ser subjetivo? Si es posible yo no sé cómo.
Está el "buen arte" y el "mal arte"...Eso dicen, al menos. A mí esa manera de clasificar no me gusta, independientemente de que el pintor, el poeta, el escritor, el director de cine o teatro, el guionista y demás profesionales asociados a la creación de maravillas nuevas hayan sido reconocidos por su talento, por su "no talento" o no hayan sido reconocidos en absoluto. Puede que su técnica a la hora de realizar su trabajo sea más depurada que otras, sin embargo si no me transmite nada aquello que haya creado... Podré admirar de manera racional a Picasso por haberse atrevido a hacer algo nuevo, o valorar la explosión de colores del PopArt, reconocer el esfuerzo que conllevó construir un edificio del estilo que sea...Lo podré valorar porque supone un avance, una creación, una maravilla nueva, pero eso será independientemente de sí me parece "bonito" o "feo".
He empleado como ejemplos la pintura y la arquitectura, pero también se puede emplear para música, teatro, cine, danza...para tantas disciplinas como la imaginación sea capaz de idear.
Por otra parte está aquello que nos emociona, una canción, una obra de teatro, una película, un cuadro, una danza... Cosas que aunque su desarrollo técnico deje qué desear nos hace sentirnos en una nube. El dibujo de un niño, garabatos desde un punto de vista lógico, pero que intenta representar a su papá, su mamá, su perrito, su hermanita o cualquier otra cosa que quiera y al menos yo, cuando veo eso, aunque no pueda comparararse su técnica con la de Van Gogh, me parece la creación más bonita del mundo. ¿Qué tanto de valoración técnica y de sentimiento hay en una crítica para decir si algo es bueno o malo? Se puede decir que está bien hecho, por ejemplo en una obra de teatro, porque los actores son estupendos y la han representado tal y como el guión indicaba...Pero, ¿y si te parece un bodrio intragable? En ese caso la culpa es de quien lo escribió. ¿Y si se tratara de Hamlet? ¿Cómo se valora eso de manera objetiva? ¿En relación al argumento? ¿A cómo se desarrolla la trama independientemente de lo que se trate? ¿Todo a la vez? Son tales los factores a tener en cuenta que me parece imposible emitir un juicio imparcial. Creo que el lastre y el impulso del ser humano reside precisamente en la subjetividad.
Tal vez con un ejemplo más material se entienda mejor. Como se dice, el caviar es un manjar, ¿verdad? Bien, si es así tengo el paladar atrofiado, porque no me gusta nada; me da igual qué valor nutricional tiene. Si me dan a elegir prefiero una ensalada. De seguro que hay alguien por algún lado del universo que considera los palitos de pescado empanados acompañados de natillas de vainilla una exquisitez para el paladar...No es mi caso.
Es entonces cuando se habla de paladar fino o no, que viene siendo lo mismo que decir que se tiene buen o mal gusto. ¿Cómo se decide que una comida es buena? ¿Por el sabor?¿ Por el valor nutricional? Pero, ¿ y si es sanísima pero sabe a rayos? ¿En ese caso para que sea bueno tiene que cumplir con unos valores nutricionales que lo hagan destacar además de buen sabor? En ese caso si el sabor no me gusta, ¿la comida es mala? Esto se parece un poco a lo del huevo y la gallina.
Pongámonos con la ropa. Imaginemos un mundo donde vestir de payaso sea lo que está bien visto, y que como vayas con un par de vaqueros y una camiseta eres el bicho raro...No creo que sea muy complicado de imaginar.
Seguro que si ves a alguien vestido de payaso por la calle te le quedas mirando porque es "raro". A mí me llamaría la atención; no es algo que vea todos los días.
Es completamente natural, el ser humano es curioso. Aquello que le es extraño atrae su atención.
Todo se reduce a que es lo que la mayoría manda, o a lo que dice alguien que controla a la mayoría...A efectos prácticos es casi lo mismo.
¿Y la capacidad de innovar? La mente humana está dotada de imaginación e ingenio, que para mí son las dos caras de la misma moneda. La primera genera la idea y el segundo facilita su puesta en marcha, pero nuestra propia naturaleza gregaria nos limita aun siendo también la clave para impulsarnos. La capacidad creativa está fracturada.
En lo que se conoce como arte (música, danza, pintura, escultura, teatro, cine, etc) quizá no parezca un gran problema pero hay otra cosa en la que sí se nota el efecto de estos comportamientos, la ciencia.
Bien, seguramente estaréis pensando: "¿No decías que el arte es subjetivo? Ahora vas y dices que lo más objetivo también es un arte..."Sí...Ahí parece haber una pequeña contradicción, ¿verdad? Bueno, quizá no sea tan extraño...¿La mente humana no está dotada de ingenio? La ciencia es la parte ingeniosa, en mi opinión, por supuesto.
Por lo tanto el verdadero arte es la propia mente humana. La imaginación genera la idea, que se puede expresar en la palabra escrita, un dibujo, una danza, una canción. Se encarga de la mitad del trabajo. Después queda la otra mitad. El ingenio, que permite que sea expresado, propiamente dicho. Una metáfora que considero adecuada para esto es la construcción de una casa. El arquitecto prepara los planos y después se construye. Y tanto como en el proceso de hacer los planos como el de construcción del edificio han intervenido varios factores. Todo trabajando junto.
Quizá no ha quedado claro lo que quiero decir, así que trataré de resumirlo y esclarecerlo lo mejor posible.
Hay personas que posiblemente sólo quieren exponer su opinión, ser escuchados y si la mayoría coincide, tanto mejor. Hay otras personas que lo más probable es que quieran imponer la suya.
En mi opinión ocurre más lo segundo, aunque no sé si es por unos pocos con poder o por la mayoría directamente. Esto evita que se pueda usar todo el potencial que dispone el ser humano, ya sea para la ciencia o para cualquier otra forma de arte.
Hay muchas cosas que soy consciente que han quedado colgando, pero si eso, para otra entrada :P
Gracias por leer.
Está el "buen arte" y el "mal arte"...Eso dicen, al menos. A mí esa manera de clasificar no me gusta, independientemente de que el pintor, el poeta, el escritor, el director de cine o teatro, el guionista y demás profesionales asociados a la creación de maravillas nuevas hayan sido reconocidos por su talento, por su "no talento" o no hayan sido reconocidos en absoluto. Puede que su técnica a la hora de realizar su trabajo sea más depurada que otras, sin embargo si no me transmite nada aquello que haya creado... Podré admirar de manera racional a Picasso por haberse atrevido a hacer algo nuevo, o valorar la explosión de colores del PopArt, reconocer el esfuerzo que conllevó construir un edificio del estilo que sea...Lo podré valorar porque supone un avance, una creación, una maravilla nueva, pero eso será independientemente de sí me parece "bonito" o "feo".
He empleado como ejemplos la pintura y la arquitectura, pero también se puede emplear para música, teatro, cine, danza...para tantas disciplinas como la imaginación sea capaz de idear.
Por otra parte está aquello que nos emociona, una canción, una obra de teatro, una película, un cuadro, una danza... Cosas que aunque su desarrollo técnico deje qué desear nos hace sentirnos en una nube. El dibujo de un niño, garabatos desde un punto de vista lógico, pero que intenta representar a su papá, su mamá, su perrito, su hermanita o cualquier otra cosa que quiera y al menos yo, cuando veo eso, aunque no pueda comparararse su técnica con la de Van Gogh, me parece la creación más bonita del mundo. ¿Qué tanto de valoración técnica y de sentimiento hay en una crítica para decir si algo es bueno o malo? Se puede decir que está bien hecho, por ejemplo en una obra de teatro, porque los actores son estupendos y la han representado tal y como el guión indicaba...Pero, ¿y si te parece un bodrio intragable? En ese caso la culpa es de quien lo escribió. ¿Y si se tratara de Hamlet? ¿Cómo se valora eso de manera objetiva? ¿En relación al argumento? ¿A cómo se desarrolla la trama independientemente de lo que se trate? ¿Todo a la vez? Son tales los factores a tener en cuenta que me parece imposible emitir un juicio imparcial. Creo que el lastre y el impulso del ser humano reside precisamente en la subjetividad.
Tal vez con un ejemplo más material se entienda mejor. Como se dice, el caviar es un manjar, ¿verdad? Bien, si es así tengo el paladar atrofiado, porque no me gusta nada; me da igual qué valor nutricional tiene. Si me dan a elegir prefiero una ensalada. De seguro que hay alguien por algún lado del universo que considera los palitos de pescado empanados acompañados de natillas de vainilla una exquisitez para el paladar...No es mi caso.
Es entonces cuando se habla de paladar fino o no, que viene siendo lo mismo que decir que se tiene buen o mal gusto. ¿Cómo se decide que una comida es buena? ¿Por el sabor?¿ Por el valor nutricional? Pero, ¿ y si es sanísima pero sabe a rayos? ¿En ese caso para que sea bueno tiene que cumplir con unos valores nutricionales que lo hagan destacar además de buen sabor? En ese caso si el sabor no me gusta, ¿la comida es mala? Esto se parece un poco a lo del huevo y la gallina.
Pongámonos con la ropa. Imaginemos un mundo donde vestir de payaso sea lo que está bien visto, y que como vayas con un par de vaqueros y una camiseta eres el bicho raro...No creo que sea muy complicado de imaginar.
Seguro que si ves a alguien vestido de payaso por la calle te le quedas mirando porque es "raro". A mí me llamaría la atención; no es algo que vea todos los días.
Es completamente natural, el ser humano es curioso. Aquello que le es extraño atrae su atención.
Todo se reduce a que es lo que la mayoría manda, o a lo que dice alguien que controla a la mayoría...A efectos prácticos es casi lo mismo.
¿Y la capacidad de innovar? La mente humana está dotada de imaginación e ingenio, que para mí son las dos caras de la misma moneda. La primera genera la idea y el segundo facilita su puesta en marcha, pero nuestra propia naturaleza gregaria nos limita aun siendo también la clave para impulsarnos. La capacidad creativa está fracturada.
En lo que se conoce como arte (música, danza, pintura, escultura, teatro, cine, etc) quizá no parezca un gran problema pero hay otra cosa en la que sí se nota el efecto de estos comportamientos, la ciencia.
Bien, seguramente estaréis pensando: "¿No decías que el arte es subjetivo? Ahora vas y dices que lo más objetivo también es un arte..."Sí...Ahí parece haber una pequeña contradicción, ¿verdad? Bueno, quizá no sea tan extraño...¿La mente humana no está dotada de ingenio? La ciencia es la parte ingeniosa, en mi opinión, por supuesto.
Por lo tanto el verdadero arte es la propia mente humana. La imaginación genera la idea, que se puede expresar en la palabra escrita, un dibujo, una danza, una canción. Se encarga de la mitad del trabajo. Después queda la otra mitad. El ingenio, que permite que sea expresado, propiamente dicho. Una metáfora que considero adecuada para esto es la construcción de una casa. El arquitecto prepara los planos y después se construye. Y tanto como en el proceso de hacer los planos como el de construcción del edificio han intervenido varios factores. Todo trabajando junto.
Quizá no ha quedado claro lo que quiero decir, así que trataré de resumirlo y esclarecerlo lo mejor posible.
Hay personas que posiblemente sólo quieren exponer su opinión, ser escuchados y si la mayoría coincide, tanto mejor. Hay otras personas que lo más probable es que quieran imponer la suya.
En mi opinión ocurre más lo segundo, aunque no sé si es por unos pocos con poder o por la mayoría directamente. Esto evita que se pueda usar todo el potencial que dispone el ser humano, ya sea para la ciencia o para cualquier otra forma de arte.
Hay muchas cosas que soy consciente que han quedado colgando, pero si eso, para otra entrada :P
Gracias por leer.
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